Etiquetar
Constantemente nos enfrentamos a la dualidad entre lo que es correcto y lo que es incorrecto. Esta dualidad nos conduce emocionalmente desde la sensación de estar en el cielo hasta la de estar en el infierno en un segundo.
¿Alguna vez os habéis detenido a reflexionar sobre quién o qué determina lo que es correcto o incorrecto?
Nuestra mente, cargada con la información adquirida a lo largo de nuestra vida, nos dicta lo que es y lo que no es, llevándonos a través de un vaivén de emociones contradictorias que nos hacen experimentar tanto bienestar como malestar, experimenta el cielo y el infierno en la tierra.
Está claro que la conciencia no etiqueta, no atiende a acciones acertadas o equivocadas.
Cuando somos conscientes de nuestras decisiones y de sus repercusiones, estamos en un estado de conciencia.
Al elegir un camino, inevitablemente nos adentramos en él, enfrentándonos tanto nuestras sombras como a nuestras luces. Cuando superamos esas sombras, que pueden ser miedos o inseguridades, se transforman en luz.
¿Es posible entonces que en algún momento estemos realmente en un camino equivocado?
La conciencia implica aceptar nuestro estado presente. Cuando experimentamos enojo y lo aceptamos sin juzgarlo como algo negativo, este pasa sin dejar huella.
Acepta tus emociones y tus pensamientos.
Vivamos sin etiquetarnos y así comenzaremos a adentrarnos en la conciencia plena de cada momento.